¿Cuál es el mejor TPV disponible para hostelería?

El sistema de pagos en la industria de hostelería debe cumplir con requisitos especiales, que en particular, permitan gestionar facturas y atender a los clientes de una forma eficiente. Precisamente un terminal punto de venta, es una de las mejores opciones, pero, ¿cuál es el mejor TPV para hostelería? ¡Sigue leyendo para enterarte de los detalles!

¿Qué es un TPV y para qué sirve?

Un TPV es un dispositivo electrónico cuya finalidad es ahorrar tiempo en el procesamiento de los pedidos, existen para numerosos sectores, entre ellos la hostelería.

TPV es el acrónimo de Terminal Punto de Venta y es un dispositivo que tiene por objetivo la gestión de los pedidos, su recepción, impresión de los tickets asociados y otras funciones extra como el control del stock, fichajes horarios de empleados, etc.

Esta es una herramienta eficaz para ofrecer servicios o productos optimizados a los consumidores. Su objetivo principal es que el proceso de pago se convierta en una acción sencilla, rápida y sobre todo segura.

Gracias a los TPV, el flujo de clientes se agiliza y nos deshacemos de las interminables colas para pagar; ya que su sistema hace ahorrar tiempo tanto a los clientes como a los comerciantes. Lo que permite principalmente es:

Integrar todos los productos o servicios del cliente en un solo recibo.
Imprimir recibos de pago.
Calcular la cantidad total de las facturas automáticamente.
Recibir pagos electrónicos mediante tarjetas bancarias de diferentes tipos.

En realidad, estas son solo alguna de las acciones básicas. Algunos modelos de TPV tienen una conexión directa con el software del negocio para que el personal pueda saber en tiempo real qué productos están disponibles y cuáles están próximos a terminarse. El TPV permite automatizar lo que hace años debía hacerse de forma manual.

Usos del TPV en la hostelería

Con este dispositivo la atención al cliente y las gestiones administrativas se simplifican significativamente.

Al incluir un TPV en tu negocio de hostelería, los empleados podrán ingresar el pedido directamente desde la mesa del cliente (usando un TPV móvil). Este pedido se envía al personal correspondiente internet o bluetooth. Por si no lo notaste, este proceso ahorra tiempo del empleado que ya no tiene que hacer rutas de un lugar a otro en nuestro negocio para atender a los clientes, lo cual le permite además concentrarse en sus otras tareas.

Para pagar, todo se hace más fácil. Con un TPV móvil ni siquiera es necesario que el cliente se acerque a la caja registradora. Solo es cuestión de que el personal lleve el dispositivo hasta la mesa, ingrese los datos de la tarjeta bancaria y toque los botones correspondientes para procesar el pago y por último imprimir el recibo. En este proceso el lector de tarjetas se encargará del trabajo pesado y casi no hay restricciones porque la mayoría de los modelos aceptan tarjetas de crédito y débito de casi cualquier tipo.

Además el camarero también puede crear comprobantes en caso de cancelación del pedido, enviar facturas a los clientes, combinar mesas o volver tramitar un pedido en caso de ser necesario.

Ventajas del TPV en hostelería

1. Fácil uso

Un terminal punto de venta es un dispositivo moderno equipado con tecnología innovadora como pantallas táctiles y la mayoría de los modelos presentan un diseño de fácil uso.

El software que incluyen normalmente es de alto rendimiento y gracias a que el tiempo de carga de página es muy breve, la información que necesitas y el procesamiento de pagos se hace a una gran velocidad.

Además de esto, el carácter intuitivo de su interfaz de usuario, ahorra tiempo y dinero en periodos de formación prolongados para el personal, pues con unas indicaciones básicas cualquier empleado podrá manejar el TPV sin dificultades.

Todo lo mencionado es una ventaja significativa porque a los clientes les encanta la rapidez, lo cual hace que aumente la eficiencia productiva de tu negocio.

2. Contabilidad

Muchos comerciantes ignoran el hecho de que los TPV forman la base para un sistema de contabilidad preciso, pues en su sistema se registran las transacciones comerciales que se realizan en el negocio. De hecho, para fines fiscales o tributarios, los asesores pueden importar los documentos contables directamente desde la interfaz del TPV.

Además, los propietarios se benefician porque tienen estadísticas reales de cuáles son los productos que más consumen los clientes.

3. Fidelización

Que tus servicios y atención les guste a los clientes hará que vuelvan y sobre todo que te recomienden a otras personas.

Esto es especialmente importante en la hostelería porque una gran parte de la facturación se debe a los clientes habituales.

Lograr la fidelización de los clientes con un TPV requiere un mínimo esfuerzo, pues el software del dispositivo crea una base de datos con cierta información (como el historial de compras) de los clientes habituales. De este modo, es fácil identificar sus preferencias y brindar una atención personalizada.

4. Gestión administrativa

Los administradores pueden hacer su labor sin necesidad de estar presente en el negocio para ello, todo directamente desde la nube.

Esto se logra gracias a que el TPV genera informes en tiempo real sobre cada una de las transacciones. Además también pueden gestionar los cambios de menú en los restaurantes así como el cambio de precio u opciones descuento.

¿Cuál es el mejor TPV para hostelería?

Una respuesta general a esta pregunta es muy complicada, porque todo depende de los requerimientos de cada negocio.

Básicamente el sistema del TPV debe tener dos objetivos principales: ahorrar tiempo y permitir cobros, pero esto último debe ser mejor de lo que lo hacen las viejas cajas registradoras.

Sin embargo, hay tantos tipos en el mercado que definir uno solo como el mejor sería imposible sin cometer equivocaciones, principalmente porque no todos los negocios son iguales o tienen las mismas necesidades. Es decir que el terminal punto de venta que necesitas puede que no sea el mismo que tiene tu competencia al otro lado de la calle.

Por esta razón al elegir un TPV para hostelería, lo único que podemos recomendar es prestar atención a ciertos factores para determinar si le conviene o no a tu negocio. Dichos factores, dependen directamente del tamaño de tu empresa y de las opciones que le ofrece a los clientes, así que el poder de elección solo lo tiene la correcta definición de estas necesidades.

¿Qué buscar en un TPV para hotel y restaurante?

Debido a las necesidades únicas que tiene la industria de hostelería, se necesita un TPV con más que las funcionalidades estándar para que haga un trabajo eficiente. Lo ideal es que el dispositivo combine eficiencia de software con practicidad de uso, así como propiedades administrativas óptimas, para que así pueda ser capaz de:

Permitir ampliar las opciones de autoservicios para los clientes, desde la recepción, hasta que abandonan el hotel o el restaurante.
Incluir ofertas, promociones o descuentos en los diferentes servicios de reservas.
Optimizar el desempeño del personal y eliminar cualquier ineficiencia para mejorar la calidad de los clientes.
Proporcionar la oportunidad de que clientes con otros medios de pagos diferentes (tarjetas bancarias extranjeras) puedan pagar sus facturas sin inconvenientes.

Todos estos objetivos deberían ser lo fundamental al integrar un TPV en nuestro negocio de hostelería, pues son el camino correcto para ahorrar y ganar más dinero. Pero para poder alcanzarlos, el terminal punto de venta que compres debe cumplir con los siguientes criterios.

1. Integración con otros sistemas

El TPV que necesita todo hotel o restaurante es el que sirva como una solución todo en uno, es decir que permita unificar todo el sistema del negocio en una sola pieza fácil de gestionar.

La importancia de esto radica en que mientras más fraccionado esté el negocio, más esfuerzo se necesita para que funcione correctamente, además se debe invertir más tiempo y se debe gastar más en la capacitación del personal.

Cuando un TPV se integra en el negocio, su software no debe limitarse simplemente al procesamiento de pagos con tarjeta. Lo mejor es que sea capaz de integrar diferentes gestiones para simplificar las gestiones administrativas.

Por otra parte, hay que destacar que probablemente tu negocio no atenderá a un solo cliente y de seguro se hacen transacciones en diferentes puntos del establecimiento. Esto significa que será necesario tener diferentes terminales, pero para evitar complicaciones, la alternativa más viable es obtener un software integrado basado en la nube que unifique todas estas transacciones.

2. Movilidad

El cliente quiere tener una experiencia rápida y sencilla, en la hostelería esto se puede lograr con TPV móviles que puedan llevar los empleados de un lugar a otro dentro del establecimiento.

Algunos modelos permiten integrarlos con teléfonos inteligentes y a través de una aplicación móvil se gestiona el sistema de reserva, control de stock, compras en el bar, pedidos en el restaurante, entre otros. Un TPV móvil es el primer paso para tener una infraestructura de ventas y servicios más estable.

3. Seguridad de datos

Este es un punto que no se puede pasar por alto al elegir un terminal punto de venta, no solo para hostelería, sino para cualquier tipo de negocio.

Las transacciones hechas con un TPV deberían realizarse sin el contacto de terceros, más aún cuando se elimina el formulario de autorización para la asignación de cargos en tarjetas de crédito.

Recordemos que los clientes que interactúan en nuestro negocio, se sienten más confiados cuando su información confidencial no pasa por muchas manos, una de las cuales puede ser la equivocada.

4. Informes y análisis

La auditoría nocturna al final de cada jornada debería ser una cuestión del pasado, pues la contabilidad se puede hacer con los informes y análisis generados por el TPV. Por esta razón, el sistema de seguimiento debe ser poderoso y arrojar resultados precisos.

Conclusiones

Nuestros consejos, en ningún momento son una regla general para elegir un TPV para hostelería, sin embargo son algunos de los factores claves que distinguen una buena compra de una mala.

Nunca hay que pasar por alto que esta es una decisión que afectará la experiencia de los clientes, por lo tanto, si lo hace en un extremo que sea negativo, esto se reflejará al final del día en la productividad financiera del negocio.

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